A partir de ahora tendré más cuidado con lo que escriba, sobretodo porque hay gente para todo, y es remotamente posible que este blog lo lea alguien, lo cual supondría que el tiempo que pierde el que lo lee debe estar recompensado con mínimo una mueca de risa en la cara (ya que no soy capaz de hacer reflexionar sobre cosas más serias). Así que me propongo ser más cuidadoso.
Ahora en serio. Me consta que alguien lee el Blog, y eso, sinceramente me provoca cierta alegría. Y me hace reflexionar en lo que es ha sido 180º. Me asombra que una serie de canciones que surgen en lo más íntimo de nuestra vida, de noche, cuando nadie nos acompaña, lleguen al corazón de tantos que habéis mostrado interés por el grupo y por las canciones. Es una sensación extraña. Pero es muy agradable saber que alguien se interesa por lo que ocurre en esta pequeñísima parcela de la tierra. Me asombra saber que hay quien viaja y pone el cd mientras canturrea las canciones. Me asombro cuando nos dan las gracias porque no sé qué canción ayudó a no sé quien en un momento determinado. Me asombra saber que alguien se levanta y pone “preferencias” para encarar el nuevo día. Estoy muy asombrado y muy agradecido a todos y a todas, por dejarnos que nos colemos en los entresijos de vuestra cabeza.
Intentaremos con nuestro nuevo cd meternos de nuevo en vuestras casas, en vuestros coches, en vuestras noches de insomnio. Eso ya habrá hecho que aportemos un poco de belleza a un mundo que se muere de fealdad. Porque como dijo mi amado Dostoievski, “Solo la belleza salvará al mundo”.
lunes, 30 de julio de 2007
domingo, 29 de julio de 2007
Ser estrella del rock (o de mi relación con los bares) Nico.
Soy, a mi manera, bastante mitómano, leo compulsivamente entrevistas a músicos intentando enterarme de donde cojones sacan la inspiración. Es bastante frecuente que los compositores hablen en millones de canciones de los bares, las barras, las copas, etc. Mi admirado J.I. Lapido es uno de estos, hace poco le leí que había aprendido más en una barra de bar que en una biblioteca. Justo lo contrario me ocurre a mí. Los libros me han dado millones de historias, de reflexiones, de intuiciones, y los bares sólo dolores de barriga. De alguna manera hay que pasarse muchas horas en un bar para escribir canciones. Revisando las letras de las canciones del nuevo cd me he dado cuenta de que no uso la palabra bar ni una sola vez. Aquí debe estar el problema, no me gustan los bares, o por lo menos no lo suficiente. Son varios los factores que me llevan a no pasar demasiado tiempo en ellos. Por un lado está mi seria incomodidad en los lugares con más de dos personas. Y no es poesía. A esto se le suma la poca tolerancia de mi estómago al alcohol; desde pequeño tengo terribles dolores de barriga, y el alcohol es una bomba para mi pobre estómago. Si esto fuera poco, no sé por qué absurdo trauma infantil me molestan horriblemente los humos, no los soporto. Sumo y sigo, nunca me acerqué a una chica en un pub, me hubiera sentido estúpido, no sabría qué decir y hubiera quedado como un payaso. Y lo más importante, (modestia aparte) siempre he tenido más música en casa que casi cualquier pub que conozco. No entiendo muy bien el momento en que todos los amigos saltan mientras escuchan una canción que ya han oído cientos de veces, intentando cantarla para que todo el mundo sepa que conocen ese tema. Prefiero oírla en casa, nadie me molesta. Quizá algún día me proponga hacer canciones diciendo frases como: “nena, te espero en la barra del bar” o soplapolleces así. Si lo hago, díganmelo. Aunque, la verdad es que con este historial…definitivamente, jamás seré una estrella del rock.
Pd. Toda excepción tiene su regla. Adoro el Lobos
Pd. Toda excepción tiene su regla. Adoro el Lobos
miércoles, 25 de julio de 2007
Árbol, libro, hijo.
Supongo que de los miles de melocotones que me he comido en el local de ensayo y cuyo hueso he tirado a la finca de al lado, uno por lo menos habrá agarrado y se habrá convertido en una plantita, que ya, en “estricto sensu”, es una planta con capacidad de dar frutos, así que el problema de plantar el árbol, resuelto.
El que me planteo hoy es: un cd es una publicación, y probablemente el tipo que inventó lo del árbol y el hijo y todo eso, le daría igual la cosa y hay que interpretarlo metafóricamente. En este sentido habría que decir: “Da igual, la cuestión es que dejes algo para la humanidad, ya sea grabado o escrito, o cantado”. Y si esto no estuviera en la intención del que acuñó la frase, en ese caso estaríamos ante un tipo bastante estricto y poco versátil, de modo que le podemos dar de su propia comida: “Ya, pero estrictamente hablando, ¿el libreto del cd se considera un libro? En este caso, problema resuelto. Pero seguro que aparecería un sabelotodo legalista de la SGAE y diría, “no, no, no le convalidamos esa obra para que su vida tenga sentido y pueda descansar en paz, debe ser un libro de un cierto número de páginas, con ISBN y publicado con mediana presentación”. Ya la cosa se complica. Entonces, sigo dándole vueltas al asunto, y pienso, bueno, con el valor de las nuevas tecnologías, quizá un cd sirva, pero no me quedo tranquilo. Además, ¿Qué órgano se convierte en Juez de qué tipo de árbol y qué tipo de libro hay que producir? Ciertamente, si no hay un órgano de este tipo, la SGAE sabrá perfectamente suplirlo, sobretodo si hay tajada por medio. Sinceramente, no lo sé, de igual manera seguiré con el cd, que quizá me lo convaliden.
Aunque, pensándolo bien, quizá sea más práctico escribir un libro sobre la descendencia, que es un problema más serio aún, y así, el problema del libro, quede resuelto.
Y podrán decir: “Requiescant in pacem”
(A raíz de una visita a la SGAE)
El que me planteo hoy es: un cd es una publicación, y probablemente el tipo que inventó lo del árbol y el hijo y todo eso, le daría igual la cosa y hay que interpretarlo metafóricamente. En este sentido habría que decir: “Da igual, la cuestión es que dejes algo para la humanidad, ya sea grabado o escrito, o cantado”. Y si esto no estuviera en la intención del que acuñó la frase, en ese caso estaríamos ante un tipo bastante estricto y poco versátil, de modo que le podemos dar de su propia comida: “Ya, pero estrictamente hablando, ¿el libreto del cd se considera un libro? En este caso, problema resuelto. Pero seguro que aparecería un sabelotodo legalista de la SGAE y diría, “no, no, no le convalidamos esa obra para que su vida tenga sentido y pueda descansar en paz, debe ser un libro de un cierto número de páginas, con ISBN y publicado con mediana presentación”. Ya la cosa se complica. Entonces, sigo dándole vueltas al asunto, y pienso, bueno, con el valor de las nuevas tecnologías, quizá un cd sirva, pero no me quedo tranquilo. Además, ¿Qué órgano se convierte en Juez de qué tipo de árbol y qué tipo de libro hay que producir? Ciertamente, si no hay un órgano de este tipo, la SGAE sabrá perfectamente suplirlo, sobretodo si hay tajada por medio. Sinceramente, no lo sé, de igual manera seguiré con el cd, que quizá me lo convaliden.
Aunque, pensándolo bien, quizá sea más práctico escribir un libro sobre la descendencia, que es un problema más serio aún, y así, el problema del libro, quede resuelto.
Y podrán decir: “Requiescant in pacem”
(A raíz de una visita a la SGAE)
martes, 24 de julio de 2007
Grabar un cd
Grabar un cd es algo curioso, los músicos nos empeñamos en hacer teorías sobre nuestras canciones y la cantidad de cosas que queremos decir con ellas. Mentira. Hacemos canciones para rellenar un cd. No es el rollo “Bueno, en realidad queríamos grabar un puñado de canciones que hemos ido haciendo para expresar nuestro mundo interior”. Falso. La verdad es: “Oye, hay que hacer canciones que tenemos que publicar un cd”. Al final, como decía García Márquez, “escribo para que me quieran”. Hacemos cds para que nos quieran, para que alguien se acuerde de nuestra anodina existencia.
Por eso en gran parte vamos a grabar este cd.
Cuando me pregunten diré: “Hemos querido hacer cd más conceptual que el anterior, más uniforme y adecuado al momento que estamos viviendo”. Más mentiras. Hay gran parte de azar en esto de hacer canciones. Puse este acorde porque me gustaba cuando lo oí, por puro azar. Luego vendrá alguien a dar una razón armónica. Nosotros escribimos, luego vendrá alguien a dar explicación, espero.
Por eso en gran parte vamos a grabar este cd.
Cuando me pregunten diré: “Hemos querido hacer cd más conceptual que el anterior, más uniforme y adecuado al momento que estamos viviendo”. Más mentiras. Hay gran parte de azar en esto de hacer canciones. Puse este acorde porque me gustaba cuando lo oí, por puro azar. Luego vendrá alguien a dar una razón armónica. Nosotros escribimos, luego vendrá alguien a dar explicación, espero.
Primer contacto
Quizá una de las cosas más divertidas de tener un grupo es que te puedes separar, y tras un tiempo de descanso, volver a juntarte para tocar, y creerte que a alguien le interesa. Uno fabula sobre el regreso, y recuerda regresos míticos, Police, Eagles, Cream, Spice girls…y es divertido, porque inventas una realidad paralela y vives en trajes que de sobra sabes que sólo son imaginarios. Pero eso es la música en gran parte, contar historias que nos faltan, que deberían ser de otra manera, y que, a base de contarlas uno intenta que se hagan reales. Por eso en gran parte 180º vuelve a cantar.
Un buen día Nico se levantó, y dijo: Joder, el grupo molaba un montón. Y llamó a Oscar y a Lidia, y después a Alex, y empezamos a buscar un bajista, y apareció un jovencito llamado Dani que se defendía bastante bien con las cuatro cuerdas. Y empezaron a sonar de nuevo acordes que ya casi no sabíamos cómo se daban. Y nos tiramos a la calle, y como todavía había gente que no sabía que nos habíamos separado -lo cual constataba que a pocos les interesó lo que para nosotros fue dramático-, comenzamos tímidamente a tocar en algunos sitios. Y como teníamos mil historias que contar nos pusimos a hacer canciones, a contar historias de nuevo. Y de pronto todo volvía a ser divertido, y las canciones sonaban tan mal como antes, pero era muy divertido. Sin dramas, sin pretensiones: es divertido, aunque, joder, ya no tenemos edad para jugar a estrellas del rock, pero es muy divertido.
Ahora intentamos no cometer los errores en los que caímos en la etapa anterior, no olvidar que es cojonudo tener un grupo y cantar, aunque sea a duras penas.
Así que alquilamos un local de ensayo y nos pusimos a cantar. Sin dramas, sin pretensiones.
Y aquí estamos, de nuevo dispuestos, con un puñado de canciones nuevas y con alguna que otra guitarra afilada, dispuesta a escupir despropósitos.
Allá vamos.
Pasen y vean.
180º.
www.cientoochentagrados.com
Un buen día Nico se levantó, y dijo: Joder, el grupo molaba un montón. Y llamó a Oscar y a Lidia, y después a Alex, y empezamos a buscar un bajista, y apareció un jovencito llamado Dani que se defendía bastante bien con las cuatro cuerdas. Y empezaron a sonar de nuevo acordes que ya casi no sabíamos cómo se daban. Y nos tiramos a la calle, y como todavía había gente que no sabía que nos habíamos separado -lo cual constataba que a pocos les interesó lo que para nosotros fue dramático-, comenzamos tímidamente a tocar en algunos sitios. Y como teníamos mil historias que contar nos pusimos a hacer canciones, a contar historias de nuevo. Y de pronto todo volvía a ser divertido, y las canciones sonaban tan mal como antes, pero era muy divertido. Sin dramas, sin pretensiones: es divertido, aunque, joder, ya no tenemos edad para jugar a estrellas del rock, pero es muy divertido.
Ahora intentamos no cometer los errores en los que caímos en la etapa anterior, no olvidar que es cojonudo tener un grupo y cantar, aunque sea a duras penas.
Así que alquilamos un local de ensayo y nos pusimos a cantar. Sin dramas, sin pretensiones.
Y aquí estamos, de nuevo dispuestos, con un puñado de canciones nuevas y con alguna que otra guitarra afilada, dispuesta a escupir despropósitos.
Allá vamos.
Pasen y vean.
180º.
www.cientoochentagrados.com
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