Una llamada perdida y marcho hacia casa de Nico, para cargar. El coche está totalmente lleno con la batería, guitarras y equipaje. Estamos tranquilos pero con la sensación de que queda mucho por hacer. Cuatro horas más tarde, llegamos y nos parece que tenemos todo un mundo por delante; hemos intentado atar bien todos los cabos antes de salir, pero aún quedan cosas para la improvisación.
Una vez en el estudio, montamos la batería y la sonorizan, llega Jorge y comenzamos por fin la grabación. Me tumbo en la cabina de grabación, y me emociona recordar cómo han nacido estas canciones Es genial pensar que hace unos meses esa canción estaba en la cabeza de una persona, que a duras penas la iba expresando a golpe de guitarra, y ahora se empieza a dibujar con la percusión un tema que promete sonar muy bien.
Muy cansados, finaliza el primer día y nos sentimos más seguros que con el primer disco. Volvemos en coche atravesando este laberinto enmarañado de calles donde todo es ruido, prisa, y semáforos, ciudad que nos abraza como si fuera nuestra tierra natal, que nos escucha y ayuda a construir nuestras canciones como si de sueños se tratara.
Una vez en el estudio, montamos la batería y la sonorizan, llega Jorge y comenzamos por fin la grabación. Me tumbo en la cabina de grabación, y me emociona recordar cómo han nacido estas canciones Es genial pensar que hace unos meses esa canción estaba en la cabeza de una persona, que a duras penas la iba expresando a golpe de guitarra, y ahora se empieza a dibujar con la percusión un tema que promete sonar muy bien.
Muy cansados, finaliza el primer día y nos sentimos más seguros que con el primer disco. Volvemos en coche atravesando este laberinto enmarañado de calles donde todo es ruido, prisa, y semáforos, ciudad que nos abraza como si fuera nuestra tierra natal, que nos escucha y ayuda a construir nuestras canciones como si de sueños se tratara.
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